La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, ha insistido en la Conferencia de Seguridad de Múnich en que una agresión militar a Ucrania tendría graves consecuencias para Rusia y que no se puede permitir que las fronteras sean cambiadas a través del uso de la fuerza.
El Gobierno de Rusia ha asegurado que está alarmado por el agravamiento del conflicto en el este de Ucrania y ha puesto en marcha un dispositivo para acoger a cientos de miles de evacuados en la región de Rostov, en el sur del país.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha pedido al Gobierno ucraniano que se siente a negociar con los separatistas prorrusos y cumpla con los Acuerdos de Minsk.
Este viernes se han reproducido los enfrentamientos entre las fuerzas ucranianas y los secesionistas prorrusos de Lugansk y Donetsk en torno a la línea de demarcación del alto el fuego pactado en 2015.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha detectado al menos 80 violaciones del alto el fuego este viernes. Según la organización, los enfrentamientos de este jueves han sido los peores desde los Acuerdos de Minsk de 2015.
Pese a estos incidentes y a la concentración de tropas rusas al otro lado de la frontera, el ministro ucraniano de Defensa, Oleksii Reznikov, ha afirmado que la posibilidad de una invasión de Rusia a gran escala "es baja". El ministro ha cifrado en 149.000 los soldados rusos que participan en maniobras cerca de la frontera.
Foto: Casa bombardeada en Stanytsia Luhanska, en la zona de la provincia de Lugansk controlada por Ucrania. Aleksey Filippov / AFP
La crisis de Ucrania ha devuelto a Rusia y a Vladimir Putin, a la escena internacional. Líderes como el francés Emmanuel Macron o el alemán Olaf Scholz han desfilado por el Kremlin para escuchar su preocupación por el avance de la OTAN. Reforzando la imagen de hombre fuerte que siempre busca Putin. Sobre todo en momentos de represión y dificultades internas. Para Putin es inaceptable que Ucrania se aleje definitivamente de su órbita entrando en la OTAN. Una intervención militar en ese país podría desestabilizar al ejecutivo de Zelensky, para que un gobierno más afín retome el poder. Pero tal operación implica grandes riesgos.
El Kremlin lleva tiempo preparándose para más sanciones. Incluso si Europa veta el polémico Nordstream 2, en el que Rusia ha invertido millones, ya hay plan B para vender su gas a China. Participar en la guerra de Siria o anexionarse Crimea sirvieron en el pasado para aumentar la popularidad de Putin... entre una población ávida de recuperar protagonismo internacional tras la humillación de perder la guerra fria. Pero según las encuestas, los rusos empiezan a estar cansados de aventuras militares. Les preocupa también que una guerra termine castigando, aún más, sus bolsillos.
Foto: Sputnik/Mikhail Klimentyev/Kremlin via REUTERS
Después de la retirada de tropas de Afganistán, Ucrania es la primera gran crisis internacional para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Washington está ganando protagonismo como líder de la OTAN, pero si estalla la guerra es incierto cómo afectará al liderazgo de Biden.
En cuanto a la economía, Estados Unidos ya está exportando en barcos a Europa más gas licuado que nunca, para sustituir al gas ruso y crece también la exportación de armas. A Ucrania le están enviando toneladas de ayuda militar.
El presidente ruso, Vladímir Putin, supervisará este próximo sábado unas maniobras con misiles balísticos y de crucero, capaces de transportar ojivas nucleares, en plena crisis con Ucrania.
Putin recibe este viernes a su homólogo de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, un estrecho aliado. Ambos discutirán la situación en un momento en el que unos 30.000 soldados rusos participan en maniobras conjuntas en suelo bielorruso. Lukashenko ha afirmado que se plantea instalar misiles rusos en su territorio de manera permanente.
Este viernes se han reproducido los enfrentamientos entre las fuerzas ucranianas y los secesionistas prorrusos de Lugansk y Donetsk en torno a la línea de demarcación del alto el fuego pactado en 2015.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha detectado al menos 80 violaciones del alto el fuego este viernes. Según la organización, los enfrentamientos de este jueves han sido los peores desde los Acuerdos de Minsk de 2015.
Ucrania contabiliza más de 50 ataques lanzados desde el Donbás, la zona ocupada por los rebeldes pro-rusos, algunos de ellos con artillería de gran calibre. Zelenski ha calificado lo ocurrido de provocación y exige que se materialice la retirada de las tropas rusas que siguen junto a la frontera. Mientras, su ejército también responde y los residentes de la zona viven con preocupación la escalada de la tensión militar.
Informa Aurora Moreno, enviada especial a Ucrania.
El Gobierno de Ucrania y los separatistas prorussos del Donbás se han acusado mutuamente de violar el alto el fuego en el este del país. El Gobierno de Kiev ha informado de hasta 36 ataques lanzados por los separatistas sobre regiones civiles controladas por Kiev.
Por su parte, las milicias prorrusas ha sido el Gobierno ucraniano quien ha atacado primero cuatro de sus posiciones.
Estados Unidos sigue manteniendo que Rusia invadirá Ucrania en los próximos días. Lo ha dicho el presidente Joe Biden, que ha insistido en que las fuerzas rusas en la frontera siguen reforzándose y adoptando posiciones de combate. Así lo ha reiterado el secretario de estado, Antony Blinken, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, que se ha reunido hoy para analizar el riesgo en la región del Donbás. También ha advertido de que el reconocimiento de la independencia de Lugansk y Donetsk violaría los acuerdos de Minsk y tendría graves consecuencias. Ha propuesto a su homólogo ruso, Sergei Lavrov, una reunión la próxima semana, así como preparar una cumbre de los líderes. Asimismo, ha emplazado a Rusia a que se comprometa públicamente a que no va a haber una invasión. Por su parte, el viceministro de exteriores ruso, Sergei Ryabkov, en su intervención ante el Consejo, ha acusado a Estados Unidos de ser quien está propiciando una guerra y ha dicho que Rusia está retirando algunas tropas de la frontera.
Al mismo tiempo, las milicias separatistas prorrusas de las regiones de Donetsk y Lugansk han anunciado ataques con artillería pesada del Ejército ucraniano a sus posiciones en cuatro ocasiones en las últimas 24 horas. Kiev lo niega y, en cambio, acusa a los separatistas de lanzar una ofensiva con proyectiles contra un centro infantil. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha calificado lo ocurrido de"provocación".