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El calor, la sequía y el coste de fertilizantes están afectando al sector del campo en España. Pedro Barato, presidente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) explica que la situación de agricultores y ganaderos está ahora muy afectada por la falta de agua en todo el territorio.

Esta situación afecta a la campaña de arroz en Extremadura, el tomate, el maíz, el aguacate en Málaga y la fruta en Cataluña. “Es por toda la geografía nacional”, asegura, y también ha mencionado la ganadería, donde se están sacrificando muchas cabezas de ganado de ovino y vacuno porque hay necesidad de agua en Extremadura, Andalucía y Castilla La Mancha.

Barato ha señalado que es “triste” que haya pueblos con problemas para abastecer de agua a la población. “Nosotros lo que decimos es que esto se puede prevenir haciendo las obras hidráulicas que nosotros necesitamos en todo el territorio nacional”, ha señalado. Además, pide también que el Gobierno convoque la mesa para abordar la sequía y se aceleren las ayudas para paliar esta situación en agricultura y ganadería a largo plazo.

Con respecto a la situación de otoño, ha optado por no alarmar a la población. Habrá consecuencias en cultivos continentales, como cereales, que se dejarán de cultivar alrededor de un 20 y 25%. Así, se va a incrementar mucho el valor de los productos, pero descarta que falten bienes básicos:

Yo creo que desabastecimiento no habrá, pero encarecimiento sí, y lo tendrá que pagar el consumidormientras que el agricultor tendrá que pagar los platos rotos” porque no recibirán la cantidad que les cuesta producir. Por ello, ha pedido menos restricciones y cargas burocráticas.

En esta línea, explica que la Ley de la Cadena Alimentaria, que podría paliar muchos problemas del sector, no se está cumpliendo porque no hay inspecciones que vigilen que se pague al agricultor, como mínimo, lo que le cuesta producir.

Foto: EFE/EPA/DUMITRU DORU 

Esta semana partía del puerto de Odesa, en Ucrania, con destino Líbano, un buque cargado de cereales, el primer barco que ha logrado salir del país desde la invasión rusa a finales del pasado febrero. ¿Supone un avance importante en la lucha contra el hambre? Lo analizamos en Las mañanas de RNE con José María Sumpsi, miembro del grupo de alto nivel de expertos del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de Naciones Unidas y catedrático emérito de la Universidad Politécnica de Madrid.

Este afirma que es muy positivo, que aliviará tensiones en ese terreno, pero que la causa del hambre en el mundo no solo es a consecuencia de la guerra en Europa. "La salida es un alivio pero no es una solución definitiva", comenta. Esta solo ha agravado una situación que viene acrecentándose desde hace años. "Desde 2015 el número de personas que pasan hambre en el mundo está aumentando", dice Sumpsi. Uno de los problemas es el cambio climático, que está afectando a las producciones. "Hace que desde hace 4 o 5 años no haya una cosecha normal a nivel mundial", lamenta, y avisa de que "la crisis alimentaria, especialmente en África, está en un momento delicado". "Esta situación de crisis alimentaria lleva años presente y puede perdurar incluso aunque la guerra se acabe", añade. Además, recuerda que Latinoamérica también se puede ver afectada por la falta de fertilizantes, cuyo principal exportador es Rusia.

Numerosos países dependen del grano ucraniano. Sumpsi celebra el acuerdo y pone en valor la labor mediadora de Turquía y de las Naciones Unidas, pero pide prudencia: "El comienzo el positivo pero hay que ver cómo se desarrolla en los próximos meses". El acuerdo contempla la salida de todo el grano ucraniano almacenado de la cosecha anterior, unas 20 millones de toneladas, repartidas en 5 millones cada mes, por lo que vaticina que "en 4 o 5 meses" haya salido todo. Una exportación importante, no solo desde el punto de vista del hambre, sino para que se pueda seguir recogiendo la cosecha de este año al vaciar los silos que la almacenaban. Hay aún 20 barcos esperando en Odesa.

La globalización favorece la interconexión de los estados en todos los sentidos y en todos los sectores, como el alimentario o el energético. La escasez, también energética, está afectando a la inflación a nivel mundial, señala el catedrático. "Putin está usando su poderío en el tema energético y en la alimentación para condicionar, e incluso chantajear, a los países". "El hambre se puede utilizar como arma", confiesa. Sumpsi alerta de que la hambruna puede además agravar el problema migratorio.

La inflación está teniendo grandes consecuencias en lo que comemos. El pollo sigue siendo una de las opciones asequibles, pero muchas granjas avisan de que con el coste de energía y piensos, cada vez les cuesta más producir. La factura energética ha disparado el coste de criar un pollo un 75%, y Eloy tiene 16.000 animales que repone cada dos meses: "El año pasado perdí 4.200 euros porque ya empezó el sobrecoste energético, y poniéndome un sueldo de 1.000 euros, con lo que en el 2022, en seis meses que llevamos ya llevo las mismas pérdidas que el año pasado". Una dependencia energética que amenaza con quiebra técnica a 5.000 granjas en España. La industria integradora también sufre pérdidas por el precio del pienso, que se ha duplicado. No ven más opción que repercutir los costes al precio final del pollo

La subida del precio de los alimentos básicos cambia nuestra forma de comer y puede tener consecuencias para nuestra salud. Productos como la carne o el pescado se consumen en menor cantidad pero los nutricionistas advierten que es necesario comer otros que nos aporten los mismos nutrientes. FOTO: Imagen de archivo de una pescadería. GETTY.

El Gobierno de Senegal está subvencionando la harina para que el precio del pan no se dispare y evitar así una crisis social. El director general de la asociación de molineros de Dakar ha dicho que hay provisiones de Francia, Lituania, Polonia y Argentina. La invasión rusa de Ucrania está repercutiendo directamente en millones de consumidores africanos. El trigo es su principal sustento y la subida de precios puede aumentar la malnutrición de las familias y agravar su situación de pobreza.

Foto: Un campo de trigo (Claire MORAND/AFP)

En la sección que cada lunes os traemos a Por tres razones, "¡Dame pan y dime tonto!", hoy, la bioquímica Emilia Gómez Pardo, nos explica la realidad que hay tras los conocidos como 'superalimentos'. La quinoa, el aceite de coco, el aguacate, los arándanos, las semillas de chía, las algas, el kale, la cúrcuma, la kombucha... ¿son buenos para todo el mundo? ¿su consumo excesivo puede tener efecto adverso? Resolvemos vuestras dudas en la sección.

Hoy, en la sección "¡Dame pan y dime tonto!" abordamos la realidad de lo que definimos como buena alimentación. Nuestra colaboradora, la bioquímica y experta en nutrición Emilia Gómez Pardo, responde preguntas como la cantidad de veces que hay que comer al día o en qué cantidad, si podemos hacer que nuestras barbacoas sean más sanas o si debemos eliminarlas o qué diferencias hay entre carne procesada, roja y blanca. Aprende cada lunes sobre alimentación y buenos hábitos en Por tres razones.

En esta nueva edición de personas que hacen cosas os vamos a contar la historia de una joven ilustradora valenciana que aprovechó su trabajo de fin de carrera para sacar a la luz una publicación que recoge una de las tradiciones más arraigadas en la Comunidad Valenciana: el almuerzo - l'esmorzar. En primer lugar hay que aclarar a muchos qué es el almuerzo y, avanzamos que no tiene nada que ver con la comida que hacemos normalmente. Aina Gilabert, natural de la localidad valenciana de Salem, en la comarca de la Vall d'Albaida, es una esmorzadora empedernida, y ha aprovechado esa tradición para plasmarla en un libro: La Guía de los Almuerzos de la Comunidad Valenciana.