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La tarde en 24 horas habla con Jesús Terciado, el presidente de CEPYME, la patronal de las pequeñas y medianas empresas. Para Terciado, "la internacionalización ha sido la tabla de salvación de muchas empresas en un momento en el que el consumo interno ha disminuido".

No obstante, la devaluación de la moneda afecta directamente a los sectores profesionales más vinculados al precio del crudo, como es el caso de las aerolíneas. También, los consumidores notan un incremento en el precio de las gasolinas.

"Las empresas no son islas y las vicisitudes internacionales también afectan a las empresas", ha añadido Terciado, que asegura que tanto el tsunami de Japón, como los conflictos en el norte de África o la crisis de la deuda han deteriorado la confianza del consumidor y, con ello, obstaculizado todas las pretensiones de recuperación.

Preguntado por el nuevo Gobierno, Terciado apunta que es necesario idear la nueva legislatura como la 'Legislatura Empresa', donde se priorice el apoyo a nuevos proyectos y que tanto los centros educativos como los medios de comunicación fomenten el perfil del emprendedor.

Para el presidente de CEPYME urge una reestructuración del sistema financiero, pero teme que las subidas de impuestos al final perjudiquen al empresario medio. Finalmente, ha reconocido que aunque el encadenamiento de contratos en prácticas fomente la precariedad laboral, en este contexto de crisis es una alternativa viable para favorecer tanto al trabajador como al empresario. El primero porque conserva el empleo y el segundo porque aprovecha al trabajador formado y a un bajo coste.

La volatilidad ha reinado en las bolsas europeas que comenzaban la sesión con alzas, luego volvían a los números rojos y que han acabado con fuertes ganancias, sobre todo en Madrid, que ha liderado las ganancias en el Viejo Continente. Atenas sigue siendo el epicentro de los vaivenes de la economía europea, que teme una quiebra parcial del país. Pero este martes, la canciller alemana, Angela Merkel, ha negado la insolvencia de Grecia en varias ocasiones. Estas declaraciones, unidas a los rumores sobre un posible anuncio de Merkel y Sarkozy para solucionar la crisis griega, han impulsado al alza los mercados. Casi todos los parqués europeos han cerrado con mucha fuerza. Algunos por encima del 2%, como el Ibex-35 del parqué madrileño, que ha avanzado un 2,53% y ha recuperado el soporte de los 7.800 puntos (7.834,20). Las pérdidas acumuladas desde enero descienden ahora hasta el 20,54%. Tras el selectivo español, el mejor de todos, se ha colocado el de Milán, con un repunte del 2,19%. Y eso a pesar de la mala subasta de deuda que ha celebrado este martes el país transalpino, en la que Roma ha ofrecido el mayor interés de la era euro. El mismo camino seguían Fráncfort, que lograba un repunte del 1,85%; Londres, un 0,87%; París, un 1,41% y Lisboa, un 0,63%. Atenas ha caído un 0,51%.

En medio del espasmo financiero, llegó Obama a hurgar en la herida europea. El presidente de Estados Unidos dice que es necesaria la coordinación de las políticas fiscales europeas para hacer frente a la crisis de la deuda. Y añade que, aunque el foco inmediato está en Grecia, el mayor problema estará en España e Italia si los mercados siguen arremetiendo contra ellos. La ministra Elena Salgado no ha querido opinar esta mañana sobre lo manifestado por Obama.

Y, desde la libertad que dice tener por ausencia de responsabilidades políticas, el expresidente del Gobierno de España, Felipe González, ha pedido a la Unión Europea que haga un diagnóstico con el grado de alarma que la situación exige. "Estamos al borde del precipicio, ¿por qué no decir que estamos al borde del precipicio? ¿O es que tenemos que saltar por encima del precipicio para reaccionar?", ha asegurado González, para quien Europa está mal y está reaccionado agónicamente.

Después del runrún de los últimos días, la canciller alemana ha rechazado tajantemente esta mañana las especulaciones sobre la posibilidad de que Grecia se declare insolvente, insinuadas por algunos de sus socios de Gobierno. Merkel asegura que esa situación sería fatal para toda la zona euro y lamenta las declaraciones que añaden leña al fuego. El ministro de Finanzas alemán tampoco quiere pensar en ese escenario pero insinúa que su Gobierno tiene un plan B por si Grecia cae. Y Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea, acusa de irresponsables a los que hablan de una suspensión de pagos en Grecia. "Una quiebra de la zona euro por la separación de uno de sus miembros o un impago de uno de los países de la zona euro tendría consecuencias mucho mas graves de lo que algunos se imaginan", asegura el comisario español.

La Comisión Europea ha enviado hoy un grupo de expertos a Atenas, que darán ayuda técnica a Grecia para poner en marcha sus reformas e identificar los proyectos más interesantes para el desarrollo y el empleo antes de desbloquear los fondos estructurales europeos.

Si Grecia no pudiera hacer frente a los pagos, se maneja la posibilidad de que reestructure su deuda, lo que supondría o bien aumentar los plazos de devolución, bajar los tipos de interés o que los que compraron sus títulos les perdonen parte de esa deuda.

Donde las cosas parecen estar mas encarriladas es en Portugal. El Fondo Monetario Internacional ha aprobado el segundo tramo de la ayuda acordada en mayo. Son casi 4.000 millones de euros del total de 27.000 millones previstos en el plazo de tres años.

La inestabilidad de los mercados ha provocado la caída del euro. En lo que va de mes, la moneda única ha perdido diez céntimos frente al dólar porque los inversores prefieren invertir en la divisa estadounidense: no confían tanto en el euro.

Sin embargo, los expertos creen que un euro bajo favorece a la economía española porque una moneda fuerte, argumentan, encarece las importaciones, pero abarata las exportaciones, punto fuerte en estos momentos de España.

En el caso español, una moneda más barata favorece a la industria, especialmente la automovilística, pero sobre todo al turismo. Y perjudica a los sectores más dependientes del petróleo, como aerolíneas y energéticas que deben asumir el sobrecoste del precio del crudo, que se paga en dólares.

Ante los signos de desaceleración económica mundial, la Agencia Internacional de la Energía ha rebajado, por segundo mes consecutivo, sus previsiones de demanda de crudo, lo que podría tirar a la baja de los precios.

Entre los partidos políticos españoles hay división de opiniones sobre si las declaraciones de Obama son o no oportunas en estos momentos. En lo que sí hay más coincidencia es en rechazar el tono, alarmista dicen algunos, del expresidente Felipe González, quien "debe medir sus palabras".

Las Bolsas europeas siguen en rojo por el temor a la quiebra griega pese a que la canciller alemana, Angela Merkel, ha respaldado la solvencia de Atenas y ha llamado al orden a sus correligionarios para que las especulaciones no lastren la zona euro. Italia ha emitido deuda con una demanda muy baja y el interés más alto de la era euro, mientras su prima de riesgo supera los 400 puntos básicos, la de España se queda en torno a 370. La esperanza para la tercera economía de la zona euro es que China compre títulos de deuda, algo que podría aliviar la presión de los mercados.

José Ramón de Espínola, profesor de la cátedra Jean Monnet de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, cree que la suspensión de pagos de Grecia es "inevitable". En su opinión, Bruselas intenta demorar la quiebra para que los bancos europeos, sobre todo franceses y alemanes, ganen tiempo. Además, reclama "más Europa" para evitar el contagio de otros países (13/09/11).

La ecuación griega se complica y los líderes europeos tratan de despejar la mayor incógnita: si Atenas conseguirá pagar lo que debe. Van Rompuy augura tiempos difíciles, Trichet confía en que Grecia cumpla con sus compromisos de ajuste fiscal para seguir recibiendo ayuda, y Merkel y Durao Barroso guardan silencio después reunirse, aunque piden a todos los miembros de la Eurozona que aprueben la reforma del fondo de rescate.

Bruselas descarta la suspensión de pagos de Atenas. Pero los datos no despejan las dudas: un informe de la Comisión Europea asegura que el déficit griego se mantendrá por encima del 9% este año y el que viene. El primer ministro, Yorgos Papandreu, asegura que el país no caerá, que no habrá quiebra, y confirma que llegarán hasta el final con los ajustes necesarios.

Mientras, su secretario de Estado de Finanzas alerta de que las arcas públicas de Atenas se quedarán vacías en octubre y que sin ayuda, no podrán pagar pensiones ni sueldos de funcionarios. Los supervisores del rescate, los que deben aprobar el ansiado sexto tramo de ayuda para espantar el fantasma de la quiebra, vuelven el miercoles a Atenas.

Todo esto, un día después de que el Gobierno griego aprobase medidas extraordinarias: los alumnos de colegios, institutos y universidades tendrán que pagar los libros. Además, habrá un impuesto para todos los que tengan una propiedad inmobiliaria -unos 400 euros por una vivienda de 100 metros-.

El reloj no se detiene. A finales de octubre, los presupuestos griegos para el próximo año. El equipo de Papandreu ya ha empezado a buscar apoyos en el parlamento para sacarlos adelante.

Los gobiernos de la zona euro temen el colapso de Grecia y el contagio que supondría de producirse. La alternativa es más gobierno económico europeo y la creación de los eurobonos o emisión de deuda respaldada por todos los países del euro. Según informa Antonio Delgado, corresponsal de RNE en Bruselas, que cita a fuentes diplomáticas, la canciller alemana Angela Merkel, pese a su rechazo formal al eurobono, tiene en realidad una postura mucho más flexible al respecto y está dispuesta a aceptar cierto sistema común de deuda pública en la eurozona. La idea, con la que se trabaja ya en Bruselas, es crear para ello una Agencia Europea de Deuda. A cambio, los gobierno sde la zona euro deberán ceder soberanía, aceptar un mayor control comunitario sobre sus cuentas públicas. Esas son las líneas generales del acuerdo que Herman Van Rompuy espera conseguir en la próxima cumbre que se celebrará a mediados del mes de octubre.

Tras conocerse que Grecia solo tiene dinero para pagar sueldos y pensiones hasta octubre, desde Bruselas se ha lanzado una ofensiva en defensa del país heleno y de su continuidad en el euro que, sin embargo, no ha logrado el hundimiento de los mercados en el Viejo Continente. La Comisión Europea, el BCE y el presidente del Consejo Europeo han señalado que no barajan la hipótesis de que Atenas sea expulsado de la moneda única y además, el portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj, ha subrayado la importancia de las últimas medidas de ajuste adoptadas, entre ellas el nuevo impuesto inmobiliario.

El exministro de Administraciones Públicas Jordi Sevilla cree que las manifestaciones individuales de las grandes economías europeas sobre crisis y rescates disminuyen la confianza de los mercados sobre el resto de países.

Sevilla se ha mostrado contrario a la reforma constitucional que recogerá un límite del déficit público. Cree que un acuerdo entre los dos grandes partidos sobre los presupuestos de 2012 hubiera sido un gesto más fortalecedor para economía.

El exdiputado socialista y actual consultor de PricewaterhouseCoopers ha descartado sumarse al pesimismo imperante sobre la evolución de los mercados en otoño.

Las bolsas europeas han comenzado la semana con una nueva jornada de desplomes y gran volatilidad entre los rumores sobre la quiebra inminente de Grecia y la certeza de que, si no recibe el sexto tramo de la ayuda, en octubre no tendrán dinero para los funcionarios y las pensiones. En este contexto, el anuncio del Gobierno heleno de un nuevo impuesto inmobiliario no ha logrado tranquilizar a los mercados europeos. El selectivo español ha cerrado con una fuerte caída del 3,41%, por debajo de los 7.700 puntos (7.640,70), con todos los valores teñidos de rojo salvo Inditex, que ha conseguido cerrar en verde. Con este descenso, la Bolsa española ha cerrado en niveles de marzo de 2009. El resto de parqués europeos también han acusado la desconfianza de los inversores y se han desplomado en otra jornada aciaga. La que más ha perdido ha sido París, que se ha cerrado con unas pérdidas del 4,03% ante la posible rebaja de la nota de sus bancos por parte de Moody's por su exposición a la deuda griega, y se coloca en niveles de abril de 2009.

En España, todos los partidos políticos han criticado la decisión del Gobierno de reactivar el impuesto de patrimonio. Para Alfredo Pérez Rubalcaba se trata tan solo de que paguen más los que más tienen.