El Gobierno español insiste en que aceptan el plan de autonomía para el Sahara elaborado por Marruecos porque es una "base seria y creíble" para terminar con el conflicto y porque nuestro país logrará así que las relaciones con Marruecos sean estables.
El Ministro de Presidencia, Félix Bolaños, se ha referido en concreto a la crisis provocada por el flujo migratorio de los que buscan entrar en Europa a través de España: "Vamos a tener una buena relación con Marruecos y una relación en la que se compromete a colaborar contra las mafias de trata de personas y la inmigración ilegal y eso es importante".
Esta decisión no gusta a Unidas Podemos, ni tampoco al Partido Popular. Su futuro presidente, Alberto Núñez Feijóo, advierte: "Un cambio drástico en la política exterior no puede ser decidido por un Gobierno y menos por un partido. Correr el riesgo de dar un volantazo sin el apoyo suficiente es una temeridad"