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El aumento del precio de la gasolina y de la energía está suponiendo un aumento significativo de los precios de los alimentos y no hay distinción de productos. Desde los huevos hasta el pescado, los consumidores asumen con resignación el encarecimiento de las cestas de la compra, tal y como han indicado desde el mercado de Atarazanas de Málaga a Salvador Castillo.

Enrique García, portavoz de la OCU, coincide en que la subida de los precios ha sido generalizada “con muy escasas excepciones, como en el caso de la droguería”. Y explica que, tras un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios en 238 productos, conocieron que el 94% de estos se habían encarecido. Por ello, recomienda a los clientes que comparen los precios en distintos establecimientos y que sustituyan los productos por algunos similares, pero más económicos.

Los precios moderan su subida en el mes de agosto. La inflación baja, según el dato adelantado este martes, cuatro décimas con respecto al mes pasado, hasta el 10,4%, aunque sigue siendo la cifra más alta en casi cuatro décadas. Esa pequeña bajada se debe, sobre todo, a los carburantes que son más baratos, pero siguen empujando los alimentos y la electricidad. Foto: GETTYIMAGES

El encarecimiento de los precios se ve reflejado también en la lista de la compra y los expertos alertan del riesgo que corren ciertos grupos de población de sufrir crisis alimentarias y problemas de salud.  "Llenar la cesta de la compra con alimentos saludables es cada vez más caro y complejo", ha denunciado Jesús Román, presidente de la Fundación Alimentación Saludable, en Las Mañanas de RNE. El experto indica que consumir alimentos como “pescado de calidad” es cada vez “más caro y difícil de encontrar”, y señala que este encarecimiento ha afectado incluso a los productos de temporada, que suelen ser más asequibles.

“Organizar bien la lista de la compra sigue siendo un aspecto clave para la nutrición”, ha subrayado Román, y avisa de la importancia de vigilar los menús con la vuelta a la rutina, poniendo especialmente el foco en la alimentación de los más pequeños en los comedores escolares.

Arrancamos la semana con nuestra sección "¡Dame pan y dime tonto!", en la que la doctora en Bioquímica Emilia Gómez Pardo nos habla sobre nutrición. Según cuenta la experta en Por tres razones, los niños no deberían tener un menú infantil de restaurante, sino comer lo mismo que sus padres pero en menor cantidad, ya que "vivimos en un mundo obesogénico en el que los niños españoles no comen bien, razón por la que el 40% tiene sobrepeso. 

Las flores huelen muy bien. Sin embargo, la coliflor es precisamente conocida por lo contrario: por su mal olor. ¿Por qué la coliflor cruda no desprende ningún olor mientras que la coliflor cocida sí? Nos lo explica la química e investigadora, Deborah García.

Una vaca lechera bebe como mínimo unos 100 litros de agua al día. Con la sequía, la falta de agua es un problema más para algunos ganaderos que se sienten asfixiados. España consume mucha más leche de la que produce y esa producción está disminuyendo aún más por los altos costes que conlleva. En Las mañanas de RNELas mañanas de RNE conocemos cómo es la situación del sector con dos de sus protagonistas.

Paulino Badiola es dueño de la Ganadería Badiola, en Condres, Asturias, y veterinario. Nos explica los tiempos de producción de la leche, que las vacas tardan 2 años en producirla después del parto y que producen alrededor de 38 y 40 litros, dependiendo del nivel genético de la granja. Afirma que han estado pidiendo préstamos al banco desde casi principios de año y que la única opción que les queda es sacrificar a sus mejores vacas para producir carne ya que son "las únicas que tienen buen precio", entre los 2€ y los 5€ el kilo según su calidad. La producción de leche no cubre los costes de producción, que contemplan todo su mantenimiento.

Hace 20 años había unas 100.000 ganaderías en España. Hoy, bajan de las 11.000. "Se están cerrando todos los años de media un 5% de las explotaciones. La gente está arrojando la toalla", lamenta Paulino, que apunta a otros problemas añadidos: la falta de relevo generacional y la baja rentabilidad. "En este sector no se ha hecho rico nadie", y añade que además requiere de grandes inversiones. "La rentabilidad no llega al 3% en el mejor de los casos y [...] el 90% ganaderos sobrevive gracias a las subvenciones de la Política Agraria Común". Se une a la crítica Adoración Martín, responsable del sector lácteo de la Organización Unión de Uniones, de ganaderos y agricultores, y ganadera en Nava de Arévalo, en Ávila. Matiza que para ella la rentabilidad es "nula prácticamente" y que cada cabeza de ganado cuesta en torno a los 10.000€. Sobre si habrá escasez de suministro en los próximos meses, señala que "no quiero ser alarmista pero quiero pensar que sí".

"España es un país deficitario en leche" declara y añade que esto se viene sumando a otros problemas como las olas de calor, que estresan a las vacas y hacen reducir la producción. "En junio en Asturias ha bajado la producción un 6% con respecto al año anterior. Siempre suele bajar pero nunca ha bajado tanto", alerta Paulino y avisa de que también se ha reducido el número de vacas. También es un problema el precio de la luz, que necesitan para producir la leche pero también para almacenarla.

"La distribución está topando el precio", señala Paulino y Asunción les haceresponsables de esta situación. "El distribuidor no le paga al ganadero el precio que le tendría que pagar", dice, haciendo referencia a las grandes superficies que hacen de la leche un reclamo como Mercadona. "La ley de cadena alimentaria dice que no se puede producir a pérdidas, pero con leche se hace. Llevamos muchos años así" añade Paulino que sentencia que "o vamos de la mano la distribución, la industria, los ganaderos y el Gobierno ayuda, o esto se acaba".

Este verano está siendo el peor en ventas que recuerdan pescaderos, carniceros y fruteros. La inflación está retrayendo el consumo: se vende menos y, además, productos más baratos. El consumidor mira con lupa el gasto en alimentación mientras los comerciantes reducen su ya escaso margen de beneficio.

La sequía y la subida de los costes de producción ahogan a los ganaderos. 800 granjas han cerrado en lo que va de año. Las más afectadas son las que producen leche. En muchas explotaciones están sacrificando vacas para seguir siendo rentables.

FOTO: Un hombre vierte leche en un cubo. GETTY.

España es uno de los países en los que más café se bebe. De media, según el INE, los españoles tomamos dos tazas y media de café al día. Así que nos afecta mucho su precio, que en los últimos meses se ha disparado.

Foto: REUTERS/Marius Becker

Aunque aún no esté reconocida por ninguna clasificación internacional, la Ortorexia se define como el comportamiento obsesivo por una alimentación adecuada y saludable.Es la descripción realizada por Steve Bratman, médico estadounidense autor del libro "Yonquis de la comida sana" donde se define por primera vez este trastorno de la conducta alimentaria (TCA) que el psiquiatra Manuel Faraco diagnostica cada vez con más frecuencia.

Oficialmente no existe porque está muy normalizada, señalan las tres protagonistas de este reportaje. Irene Alonso, Andrea Pérez e Irene Sesé. Mujeres, jóvenes, perfeccionistas y con baja autoestima. Un perfil especialmente vulnerable a los mensajes que difunden en redes youtubers, influencers y demás gurús de la vida sana. Pero "si tu alimentación te limita las relaciones sociales, entonces no es saludable" afirma Paula Gonzalo, psicóloga clínica experta en TCAs. Y ese aislamiento social es precisamente una de las señales de alarma de la enfermedad. "Se lanzan mensajes sin base científica" afirma el dietista-nutricionista Aitor Sánchez. "No hay alimentos prohibidos. Se debe poder comer de todo. La clave está en el equilibrio" señala. La buena noticia es que de la ortorexia, como de otros trastornos de la conducta alimentaria, se sale. Con terapia y apoyo multidisciplinar. Nuestras protagonistas están en ello. No eligieron enfermar pero sí han escogido curarse.

Es un reportaje de Luisa Pérez y Javier Monterde

"Un faro de esperanza y alivio". Así definió el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, el acuerdo alcanzado entre Rusia y Ucrania para reanudar la exportación de grano ucraniano a través del Mar Negro. Un indudable avance diplomático después de cinco meses de guerra. Pero tres semanas después, apenas el 2% de las más de 20 millones de toneladas bloqueadas ha salido de los silos, una cantidad insuficiente para aliviar la grave crisis alimentaria mundial propiciada por el cambio climático, crisis energética y la guerra de Putin.

"Para conseguir que esos puertos queden realmente libres y se normalice el tráfico estamos hablando, como mínimo, de meses", asegura Jesús Núñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH).

Rusia y Ucrania son los principales proveedores de grano del mundo. Antes de la guerra sumaban el 30 por ciento de las exportaciones mundiales de cereales). Se calcula que 400 millones de personas dependen de los suministros de alimentos de Ucrania.

'Informe Semanal' ha viajado a Turquía, mediadora junto con la ONU del acuerdo, y guardiana de El Bósforo, paso obligado de los buques cargados de grano. Turquía tampoco escapa a la espiral de escasez e inflación que no deja de elevar el precio de los alimentos básicos.

También viaja a Zamora, que ha aumentado un 10% los cultivos de girasol ante la escasez de este producto, también por la guerra. Pero la ola de calor que sufrió la meseta en mayo ha reducido la cosecha nacional de cereal un 30 por ciento con respecto al año pasado. Los fabricantes de pienso tienen que exportar ahora gran parte de las materias primas.

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha recordado que "tirar comida a la basura es tirar dinero a la basura". Por ello, ha defendido la ley contra el desperdicio alimentario, que empezará su tramitación parlamentaria en septiembre. "Se trata de lograr el máximo aprovechamiento", ha apuntado Planas en una entrevista en La Hora de la 1.


FOTO: Luis Planas, en una imagen de archivo. EFE/Sergio Pérez